El aporte silencioso a la agroinformática

Esta disciplina que aporta soluciones informáticas para el sector agropecuario y agroindustrial, es un área sobre la cual nos gustaría que más mujeres puedan desarrollar su carrera, afirma Yanina Bellini.

En el sector agroindustrial argentino los aportes y soluciones tecnológicas “a problemas propios y derivados de los cambios económicos y climáticos, dependen del trabajo de investigadores, empresarios y estudiantes cuyas ideas y desarrollos se complementan”, dice Yanina Bellini.

En agroinformática, como en otras disciplinas, el desafío es superar las distinciones de género, las posiciones ideológicas, aportar desde el conocimiento y sustentar los datos científicos.

“El mundo técnico, científico y académico no escapa a la realidad de que somos menos mujeres que hombres en las actividades de STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas, según su siglas en inglés)”, sostiene Bellini, especialista en Minería de Datos y Gestión del Conocimiento de la Estación Experimental Agropecuaria Anguil del INTA -La Pampa-.

Mujeres informáticas, agrónomas, bioquímicas, licenciadas en ciencias de la atmósfera, geógrafas, entre otras, desarrollan su trabajo disciplinar en el INTA con enfoques en AgroDatos, Big Data, Data Mining, entre los más nombrados.

Aplican en temáticas como bioinformática, suelos, teledetección, agrometerología, agricultura de precisión, modelos, sistemas de soporte de decisión, sistemas de información geográfica, procesamiento de imágenes para visión artificial, por nombrar solo algunos.

El caso de Bellini es un claro ejemplo de que las elecciones de las áreas de interés profesional no responden a un tema de género. “No elegí mi tema por ser mujer, sino porque me encantan las computadoras y los datos, y como trabajo en INTA lo aplico al sector agropecuario”.

Las mujeres en el instituto comparten que uno de los desafíos, en la producción agropecuaria, “es producir más y mejor con la obligación de cuidar la salud, el medio ambiente y los recursos naturales”, asevera Bellini.

Este desafío “puede abordarse desde dos ópticas dentro de las AgroTIC: por un lado, el desarrollo y masificación de máquinas precisas, y, por el otro, el aumento en el uso y explotación de datos e información que ya se generan o generarán en el futuro cercano”, indica. A su entender, esto llevará a mejorar la toma de decisiones en el manejo agropecuario.

El mundo de la agroinformática

Al igual que el sector agropecuario y en las carreras relacionadas al mismo, el sector de la tecnología, programación, ingeniería son ámbitos predominantemente masculinos.

A lo que Bellini responde que “inicialmente, por cuestiones culturales y educativas, hace a que las mujeres pensemos que este tipo de disciplinas no son para nosotras y que ese pensamiento se extienda al resto de la sociedad”.

En tanto creencias, redundan en menos mujeres que realizan este tipo de carreras y, en consecuencia, “se genera un ambiente donde las mujeres somos la excepción”.

Asume que para cualquier disciplina “tener poca participación de un colectivo particular es perjudicial; porque hay toda una visión, una serie de necesidades y de cualidades que no son tenidas en cuenta y aprovechadas, por lo que se pierden posibilidades de mejora, de negocios y, en definitiva, de desarrollo económico”.

Trabaja en el análisis de los datos de redares meteorológicos relacionados con el granizo y el daño en cultivos y la modelización de sistemas productivos preponderantes en La Pampa, que luego se utilizan para realizar análisis técnico productivos económicos y cálculos de huellas ambientales, como la huella de carbono. También participa en las iniciativas de apertura de datos institucionales como GeoINTA.

Construir los espacios profesionales

En el sector científico y tecnológico, aunque en el último tiempo el número de mujeres y hombres se ha equiparado, “existen ámbitos donde la diferencia es notable”, especialmente, en lo que hace a mujeres “en cargos directivos y de decisión”.

Como ejemplo, menciona que en 30 años de existencia de los consejos de centro, ella fue la primera mujer consejera del Centro de Investigación de Recursos Naturales, cargo que ocupa desde el 2015.

Las AgroTIC aportan al desarrollo y masificación de máquinas precisas, así como al aumento en el uso y explotación de datos e información.

En el ámbito de STEM “hay menos mujeres disertantes en los congresos y conferencias, que envían trabajos y asisten a esos espacios, en mesas de discusión – decisión; menos mujeres que estudian carreras informáticas, menos mujeres que programan”.

Esto hace a que se hagan estudios locales, como el de la Fundación Sadosky que indaga en las causas de la baja participación femenina en la informática y que aparezcan organizaciones como R-Ladies, LinuxChix o Chicas en Tecnología que intentan generar un espacio amigable y de privilegio para que las mujeres se puedan desarrollar en estos ámbitos.

Organizadora del capítulo de R-Ladies en Santa Rosa, La Pampa, cuenta que se trata de una organización mundial que busca achicar la brecha de género en la comunidad que usa R (un software libre de análisis estadístico, aprendizaje automático, minería de datos, entre otras aplicaciones).

Se trata de un espacio gratuito, sostenido por una gran comunidad mundial, donde “se aprende y enseña sobre R y los roles de organización y liderazgo están reservados a mujeres”, indica al tiempo que aclara: “Se acepta a todos los que quieran participar, siempre que se cumpla el código de conducta”.

Por su parte, este año ocupará por segunda vez la presidencia del Congreso Argentino de Agroinformática –CAI-, rol que el año pasado fue por primera vez para una mujer en los 9 años de vigencia.

El congreso, a celebrarse en septiembre en Córdoba, será parte de las Jornadas Argentinas de Informática –JAIIO- que, en su 46 edición, se realizará con la 43 Conferencia Latinoamericana de Informática –CLEI-.

Entrevista publicada originalmente en La Revista RIA en la seccion Conocimiento Aplicado. link al Archivo Web